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El 4 de diciembre Colombia vivió una nueva jornada de paro nacional. Con esta, se cumplen 14 días de cacerolazos, conciertos, concentraciones y marchas festivas por todo el país, reafirmando que el paro sigue, a pesar (y a propósito) de la represión policial y las medidas paliativas que propone el Gobierno Nacional.
El 4 de diciembre las movilizaciones se dieron a lo largo y ancho del país, en capitales como Cartagena, Sincelejo, Medellín, Bucaramanga, Cali, Cúcuta, Ibagué, Pereira, Armenia, Villavicencio y Pasto, solo por mencionar algunas. Pero también, se registraron movilizaciones en ciudades intermedias y zonas rurales, con manifestaciones de comunidades campesinas, indígenas y negras que ponen de presente que este paro no es solo urbano. En Norte de Santander la Asociación Campesina del Catatumbo –ASCAMCAT- desde las 4 am del día 4, bloqueo varias vías de la región para protestar, además del Paquetazo de Duque, contra la continuidad de la extracción minero energética, las fumigaciones con glifosato y erradicación forzada de cultivos de uso ilícito y la persecución a líderes y lideresas sociales. Lo mismo ocurrió en Villa Rica, Cauca, donde la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca – ACONC- bloqueó algunas vías del departamento como expresión de protesta.
La relación entre las luchas rurales y urbanas se han expresado con mayor fuerza desde la llegada a Bogotá el 28 de noviembre de una delegación de la #MingaSurOccidente que agrupa a los pueblos indígenas de Cauca, Huila, Valle del Cauca y Caldas.
En Bogotá las marchas convocaron temprano en la mañana en distintos puntos, algunas de ellas fueron confluyendo en el centro de la ciudad, algunas en la plaza de Bolívar. Las movilizaciones del sur provenían de las localidades de Bosa, Techotiva, Tunjuelito y Rafael Uribe Uribe; transitando por la Av. Villavicencio, la Autopista Sur, la calle 40 Sur y la Av. Caracas a ritmo de arengas, batucada y en plan tortuga (hacer lento el transito) sobre el carril del sistema masivo de transporte (transmilenio). Por el norte de la ciudad las concentraciones y marchas se dieron en la calle 180, en el monumento Los Héroes y desde Suba por la 80; las marchas avanzaron con distintas acciones como el performance “el violador eres tú” en el monumento Los Héroes. La guardia indígena de la minga del suroccidente marcho desde la Universidad Nacional hacia el sur por la carrera 30 para subir por la calle 19, hasta encontrarse con la marcha que llegaba del sur y marchar conjuntamente hasta la Plaza de Bolívar.
Varias calles de la ciudad estuvieron paralizadas y cubiertas de la creatividad popular a través de diversidad de carteles, representaciones performáticas y canciones para comunicar el sentido del paro, para exigir el diálogo con el estado y ejercer de manera pacífica el derecho a la protesta. Algunas movilizaciones terminaron en la tarde en otros puntos de la ciudad donde se convocaron a cacerolazos, que buscan vincular a las personas que no pueden salir a marchar pero son solidarias y participan en el paro. Un punto de concentración de estos cacerolazos y manifestaciones artísticas ha sido el parque de los Hippies en la Localidad de Chapinero
En algunas ciudades las movilizaciones transcurrieron de manera tranquila; sin embargo, la intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en Bogotá, Bucaramanga, Medellín y Cali terminó por disolver algunas de las marchas y concentraciones con el argumento de restablecer el tráfico. El ataque violento de ESMAD con bombas aturdidoras, perdigones, balines y gases, dejó varias personas heridas y detenidas, según las denuncias en redes sociales y los reportes de organizaciones defensoras de derechos humanos como el Equipo Jurídico Pueblos en Bucaramanga y el observatorio de derechos humanos Fabiola Lalinde de Medellín. En Cali se reportaron varias personas detenidas, 2 de ellas de la Universidad del Valle y además ataques indiscriminados a la población del Distrito de Aguablanca.
La “conversación” de sordos y mudos
Buscando conjurar el Paro Nacional, el Presidente Iván Duque presentó públicamente la semana anterior su estrategia de “Conversación Nacional” que girará en torno a “cinco ejes fundamentales: equidad para el empleo, educación, lo relacionado con el medio ambiente, la paz con equidad, y trabajo en torno a la lucha contra la corrupción” según Diego Molano, director del Departamento Administrativo de Presidencia, encargado por Duque para liderar esta “Conversación”. Sin embargo, esta estrategia no logró contener los ánimos de protesta, por el contrario, los acrecentó, en razón a que se desconoció de entrada el Pliego de Exigencias presentado por el Comité Nacional de Paro, imponiendo una agenda y lógica de “conversación”, que resta eficacia al mecanismo, pues no es siquiera un diálogo, y mucho menos, una negociación sobre los temas más urgentes e inmediatos, como la reforma tributaria, el holding financiero, entre otros, y mucho menos, respecto de temas más estructurales en materia económica, social y política. Por estas razones, los diálogos, los debates y la construcción de propuestas de salida a la crisis del sistema se han trasladado a las calles y las plazas.
El sentipensar y la digna rabia
Son muchas las razones para parar y avanzar. Don Jairo que marchó por la Av, Villavicencio en Bogotá, dice que está:
“proclamando la resistencia de un pueblo cansado, agobiado, empobrecido, expoliado, estas voces tendrán que llegar hasta donde debe ser escuchadas pero más que ser escuchadas por los gobernantes, escuchadas por nuestros hermanos y hermanas que a veces permanecen en su comodidad y que muchas veces incluso se ponen contra nosotrxs”
Este paro que no para, como recalcan los artistas que este domingo (#8D) ofrecen un concierto en Bogotá, significa esperanza y aunque gran parte de la gente desea la normalidad, Colombia no volverá a la normalidad pero tiene la opción de ir a un lugar mejor.
Colaboraciones texto: Negra Xue, Dr. Chrisman
Fotos: Sol Con Viento, Tomas
Web: Profes Felipiño, VXP